¡Salud a tod@s! ¿Quién no ha visto esta genial comedia que en realidad no se titulaba así, sino Atrapado en el tiempo (Harold Ramis, 1993)?. En Hispanoamérica la tradujeron como Hechizo del tiempo —los latinos siempre menos pragmáticos y más afectuosos que nosotros—. La película cuenta, por si algún despistado aún no lo sabe, las peripecias de Phil —un periodista avinagrado y gruñón— que se ve condenado a revivir, una y otra vez, el mismo día en un gélido pueblito que odia.
Utilizando unas metáforas automovilísticas “cosecha propia” voy a reflexionar acerca de esta película. Y esto porque me resulta muy terapéutico, ale.
–1ª METAFORA AUTOMOVILISTICA: El piloto automático
Phil (a dos borrachos): —¿Qué haríais vosotros… si estuvierais atrapados en un lugar… y cada día fuera el mismo… y nada de lo que hicierais importara?
Borracho 1(tras apurar el vaso): —ese es… el resumen de mi vida.
El día de la marmota nos habla —entre muchas cosas— de la rutina desilusionante, aplastante. El filósofo Olivier Clerc nos recomienda: “cambiar el recorrido. Cocinar un plato exótico. Sumergirse en las creencias de otros pueblos, de otras religiones. Permanecer en silencio todo un día. Salirnos de los caminos trillados.” Simplemente cambiar un hábito —eso sí, con constancia— puede traernos consecuencias inesperadas. Mi nutricionista me recetó “andar una hora al día para mantener el equilibrio emocional”. No me esperaba esas tareas de una dietista, y cuando llegue a casa escribí “nueva pirámide nutrición” en el “Doctor google”. Cuál no sería mi sorpresa al ver que en la base de la pirámide, donde esperaba ver pasta, lechugas y peras, había unos dibujitos. Bajo uno de ellos se puede leer: “Actividad física diaria 60 minutos”, y bajo otro: “Equilibrio emocional”. ¿Tiene que ver esto con la alimentación? Pues sí. Por lo visto, si sufrimos ansiedad comemos más rápido de lo saludable, y si nos deprimimos, perdemos el apetito. O sea, que esta pequeña variación de hábito puede significar la base de la salud!
Pronto empecé a ir andando a todas partes, y ahora me fijo más en la gente, los árboles, las formas de las nubes y el color del cielo, las casas, los animales, los comercios, los parques… Simplemente este pequeño cambio ya me hace ver diferente mi ciudad. Mi pareja me llama riéndose “Juanito ibiltari” (Juanito caminante), en honor al padre anciano de una amiga que después de las comidas de los domingos les exige la botella de “Juanito ibiltari” (Johnnie Walker).
2ª METAFORA AUTOMOVILISTICA: El Cinturón de seguridad
“Momento-chistecillo”: (Leerlo con acento de Bilbao):
—Pero Patxi, ¿Qué haces con un coche a cuestas, como si fuera mochila?
—¡Ahí va la hostia! ¡Se me ha olvidado soltarme el cinturón!
A veces tiro fuerte y rápido del cinturón de seguridad de mi coche para ajustármelo, y el bloqueo automático me recuerda que “lo cocinado a fuego lento sabe mejor”. El prota Phil, en su avidez por ligarse a la chica de la película, elabora cambios superficiales y sobreactuados día tras día, “convirtiéndose en amable” sin serlo en el fondo. No vamos a destripar el guión, pero está claro que… no funciona.
“Momento-serio”: Leo en la portada del último PANORAMA: “Ramón me ha ayudado a ser mejor persona” (Dani Rovira), refiriéndose a Ramón Arroyo, enfermo de EM al que interpreta el actor en 100 METROS. Yo también hago mía esta afirmación. Como escribió Laura Gutman, “La enfermedad trae a la luz de la conciencia lo que está relegado a la sombra y así nos convierte en seres un poco más auténticos, sinceros, verdaderos y completos.”
3ª METAFORA AUTOMOVILISTICA: Mantenga la distancia de seguridad
En el monte en invierno/ cuando oscurece/los erizos agonizan de frio/ya que no saben cómo calentarse: si se sitúan de uno en uno/el frio les machaca sin piedad. Y si se juntan para darse calor / sin poder doblar sus púas / se hieren entre ellos indefectiblemente. No es fácil mantener la distancia adecuada (Joseba Sarrionandia).
Esto nos ocurre cuando frecuentamos personas como Phil: huraño, amargado y arrogante. Es aconsejable mantener esa prudencial distancia de compañías tóxicas como esta. Pero —pensando un poco más allá— reconozcamos que todos alojamos un Phil en nuestro interior. A veces nos sale el Mr. Hyde, la “bestia parda”, nuestra particular “ama de llaves de Rebecca”, nuestro Lord Voldemort y hasta —sin ánimo de ofender a nadie— el Donald Trump que llevamos dentro. En mi caso, el yoga y el reiki son “mano de santo” para tranquilizar mi monster.
También debemos mantenernos distantes del frío —y el calor— extremos, sobre todo los que padecemos EM. La semana pasada, olvidando los consejos que me dio el año pasado Idoia de ADEMGI, salí a la calle a la mañana a -3 grados C antes de desayunar, sin abrigarme con mis 5 capas de ropa (aunque no olvidé mi gorro con orejeras, eso nunca). Empecé a sentir agarrotamiento en mi pierna derecha, y mareos..Y miedo a un brote. Y confusión de síntomas: el miedo y el frío provocan síntomas muy parecidos. (“Momento-reflexión profunda”): Miedo al miedo ¿Provoca miedo la EM?¿O puede ser el Miedo (con mayúsculas) el causante original de la enfermedad? Menos mal que estaba cerca de casa y en cuanto me acerqué al radiador mi pierna volvió a su ser enseguida. A veces nos tiene que dar el toque el cuerpo para que nos cuidemos como debemos.
“Momento-FelixLinares”: Harold Ramis y Bill Murray (director y actor principal respectivamente del film que para mí se titulará siempre “El día de la marmota”), tras el rodaje de la misma, estuvieron años sin hablarse, como los infelices erizos del poema. ¡Hasta pronto!
Muy reflexivo…
Me ha gustado mucho.
Gracias!
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Gracias a tí, Itzi
Desde antes de que me diagnosticaran EM tengo ansiedad, anticipación de peligros que “pueden pasar”.
Lo que me ronda en la cabeza es: ¿no será ese MIEDO el origen de mi EM?
Bueno, a saber… muchos besos!
Y espero tu post
hasta pronto!
Las metáforas automovilísticas son muy interesantes y ocurrentes, todos deberíamos ponerlas en práctica con e.m. o sin ella.
El ejemplo de los erizos es absolutamente descriptivo y poético… cómo encontrar el equilibrio en nuestros actos es la llave para casi todo.
La vida con los años nos enseña a observar, a escuchar, a sentir y nos hace darnos cuenta que no es suficiente con mirar,oír y pensar…
Durante este aprendizaje, perdemos muchas cosas, pero ganamos muchas más.
Saber pararse y disfrutar de cada momento, es como meditar sintiendo solo nuestra respiración y olvidando nuestros pensamientos… y como todo en esta vida, es cuestión de práctica, de hábito y de voluntad.
Mi enhorabuena a tod@s los que han llegado a este punto, no todos tenemos la oportunidad de hacerlo.
Muchas gracias, Enigra
veo que estás en mi “frecuencia de onda”
Me alegro mucho de que te hayan gustado mis metáforas automobilísticas, la verdad es que las tenía apuntadas en una libreta de pensamientos desde antes de que me diagnosticaran e.m.
Conciencia y paz
Bikaina!!!!
Mila esker, lagun hori!!
Me ha gustado mucho lo de la distancia justa. Hay gente que quema de pasión y parece amorosa, a mí esa sensación me confunde, normalmente detrás encuentro la ira y la amargura buscando consumir alimento. Creo que a las mujeres nos sucede a menudo. Buscamos calor, y engañadas, nos quemamos en la voracidad de algún crepitante ser. La pasión verdadera enciende, pero no quema, calienta pero no agobia, enciende pero no dispara…alimenta y sacia, no produce un hambre infinita.
Gracias Keawe!
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