En la primera consulta con la que es ahora mi neuróloga me aconsejó acudir a ADEMBI, donde me podrían orientar sobre la enfermedad. Me costó un par de meses pedir cita, pero al final lo hice. Si me preguntaran por qué pedí la cita, no sabría decir, me imagino que me dejé llevar y no pensé en nada más….
No sabía qué es lo que me iban a decir ni mucho menos lo que vi al llegar. No tenía más información de la enfermedad que el propio nombre, ya que nunca he mirado por Internet y las dudas que he tenido y tengo al respecto se las pregunto a mi neuróloga por muy tontas que me puedan resultar o se las haya realizado ya anteriormente.
Bueno pues entré por la puerta e indiqué que tenía cita. Recuerdo que me hicieron esperar un rato, y entre tanto yo veía sillas de ruedas por todos lados. Me sentí muy incómoda la verdad, solo quería irme de allí, y según repaso aquella escena los sentimientos acuden de nuevo a mí, pensaba que eso no iba conmigo, que no era mi sitio, que yo no estaba así y que era un error el haber ido……
Bueno me toco mi turno y comenzó mi cita, imaginaros como me impactó que normalmente no me acuerdo de los nombres de las personas que veo solo una vez y el de la persona que me atendió se me quedó grabado. Pues lo típico de toda entrevista, que, si das tus datos, te preguntan cuándo te han diagnosticado, te haces socio, te comentan los servicios que prestan, fisioterapias, psicología, trabajadora social, aspectos sobre la enfermedad…… Hay un comentario en concreto que aún recuerdo de esa reunión:
- Igual tenía que haberte dicho que había personas en sillas de ruedas…
¡Imaginaros la cara que debía de tener yo para que me dijeran eso!!! Por supuesto yo valiente claro está, que no se me notara nada de nada, ni que quería salir de allí a todo gas….
Le dije:
- No, hombre, no pasa nada, he trabajado en residencias…… (¿Vaya respuesta no? Ahora que lo veo desde otra distancia emocional, me parece ridícula. ¿Quién se va a creer que no me importa?)
¿Que no pasa nada? ¿Cómo que no pasa nada? Claro que pasaba y en todo mi ser, vaya revoltijo interno que tenía en esos momentos, miedo, escepticismo, negación…. Pero sobre todo ese sentimiento de que no era para mí y que no iba a necesitar este servicio. Ya, Ya……… que ilusa ¿verdad? Ahora me consta que las entrevistas se realizan de forma diferente, ubicadas en otro establecimiento de ADEMBI…
Pues sí. En fin, salí de allí como si quisiera sacudirme del cuerpo esa sensación de miedo e incomodidad, pero claro no vas a poner en mitad de la calle a hacerlo ¿no? (La verdad es que no sé muy bien cómo explicarlo o si se me entiende, era como si tuviera pulgas por todo el cuerpo y me las quisiera sacudir…)
Como no me afectó para nada de nada, mi segundo contacto con ADEMBI se produjo en poco tiempo, pasaron sólo 7 años de nada. Capítulo que dejo para más adelante, MI SEGUNDO CONTACTO CON ADEMBI………..
CONCLUSIÓN
Cada unos utiliza sus propios mecanismos de defensa pero a veces es necesario ser conscientes de ellos para poder seguir avanzando…
hola! soy de Córdoba, Rep. Argentina. Poseo, y padezco, esta enfermedad. Quisiera poder contactar con ustedes para compartir experiencias. Muchas veces siento que solo yo puedo comprenderme ya que tengo variados síntomas que no son interpretados como integrantes de esta patología. Después de 34 años de casada, mi marido se ha marchado de mi vida con una de mis amigas más cercanas, con lo cual he quedado sola en casa. Quiero conocer vidas y experiencias similares para poder cuidarme sola. Gracias.
Itxi, que ganas de leer la segunda parte! Seguro que luego fue diferente!
Un abrazo
Podriais compartir esto para parar los chorizos https://www.redaccionmedica.com/secciones/enfermeria/cinco-sueldos-perez-raya-cargo-enfermeria-juzgado-4214