Seguro que todos habéis oído esa típica canción que dice “Tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor…“.
Pues de la forma más tonta el otro día la escuché, no recuerdo muy bien donde y me puse a darle vueltas a esa letra, pero me quedé en el primer punto, la salud.
¿Quién me iba a decir a mi que a mis 26 años la salud me iba a empezar a dar quebraderos de cabeza? Sinceramente, nunca me lo había imaginado, quizás porque muchas veces la vida sigue, te lleva con su inercia y cuando no tienes nada ni le dedicas un momento a pensar en esas cosas. Yo me decía a mí misma, cuando alcance la madurez comenzarán los problemas, ¡qué engañada estaba! Aunque intentes vivir en tu mundo, siempre hay algo que de repente te hace poner los pies en la tierra y de repente, te ves obligado a realizar un aterrizaje forzoso.
Por supuesto, con esto no quiero decir que viva obsesionada con la salud, ni mucho menos. Es más debo reconocer, que no la trato como debería y eso me hace torturarme en más de una ocasión. He mejorado, pero muchas veces me despisto y tengo una gran asignatura pendiente que me atormenta, el tabaco. Y sí, cuanto más me trato de mentalizar para dejarlo, más me obsesiono, entro en un bucle de ansiedad y no lo consigo. Y me siento culpable…
Esa maldita culpa que me entra por no ser capaz de cuidar a mi cuerpo como debería, por no sentir que hago todo lo que está en mi mano por cuidarme, me culpo porque la enfermedad no haya ido mejor desde el principio… Un círculo vicioso del que es difícil salir, pero, cuando me vienen eso momentos, también me viene ese soplo de aire fresco que me dice hay tiempo, tu puedes, está en tu mano…Y en esas idas y venidas me encuentro estos días…
Ya veis de una simple letra de canción, los juegos en los que nos puede meter nuestra propia cabeza en su trampa de los pensamientos…
Comparto completamente tu opinión. Sin duda hay que tener todo esto muy en cuenta.
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